El Departamento de Estado de Estados Unidos confirma crímenes de guerra y limpieza étnica en Sudán, pero la designación no conlleva consecuencias. La guerra en Sudán, ahora en su octavo mes, ha desplazado a más de seis millones de personas y al menos 12.000 han muerto.
Según MNN Online, los grupos de ayuda internacional, objetivos de facciones en guerra, enfrentan dificultades para llegar a los necesitados. Los métodos tradicionales de distribución de ayuda no funcionan, por lo que las organizaciones se están adaptando. La crisis actual en Sudán demuestra la importancia de explorar vías alternativas para brindar asistencia vital.
En este sentido, John, cuyo nombre cambió por razones de seguridad, es un trabajador evangélico centrado en Sudán y afirma que organizaciones más grandes están “tratando de distribuir pequeñas cantidades de ayuda a través de grupos locales en Sudán”.
“En algunos lugares, debido a que muchos grupos o “comités” de ayuda locales son islámicos, “cuando descubren que alguien se ha convertido del Islam al cristianismo, no les dan comida, ya sea de la ONU o de algún otro grupo. La visión que ellos (los grupos islámicos) tienen no incluye la compasión por cualquiera que haya abandonado el Islam”, le informan a John los socios de la iglesia.
Por lo tanto, los trabajadores del evangelio están tomando medidas. Los creyentes distribuyen pequeñas cantidades de ayuda alimentaria y animan a las personas que lo han perdido todo.
“Doscientos graduados de nuestra escuela misionera, provenientes de 25 tribus, forman parte de los equipos en seis lugares de refugiados. Hemos estado haciendo esto desde el comienzo de la guerra a través de 28 redes de iglesias en casas. No tienen mucha ayuda, pero pueden conseguir comida”, dijo John.