El pastor Alyaksandar Zaretsky, líder de una iglesia en el noreste de Vitsebsk, Bielorrusia, estuvo detenido durante más de 15 días acusado de movilizar oraciones por el fin de la guerra en Ucrania. Inicialmente acusado de violar el Código Administrativo por “distribuir materiales extremistas” en febrero, el pastor enfrentó nuevos cargos cuando compareció ante el Tribunal de Distrito de Chashniki. Ahora se le acusa de alentar a los miembros de la iglesia a orar por la paz en Ucrania y por aquellos encarcelados por cargos falsos.
Según Puertas Abiertas, Zaretsky negó haber actuado mal y afirmó que sus palabras fueron sacadas de contexto. Esta detención se produce en medio de una ola de represión contra los líderes cristianos en Bielorrusia. Recientemente, Vladislav Beladzed fue sentenciado a tres años de prisión en Minsk por cargos que incluyen incitar al odio e insultar al presidente Alexander Lukashenko.
El presidente Lukashenko, reelegido por sexta vez en 2020 en un proceso electoral disputado, enfrenta críticas internacionales por falta de democracia. En respuesta a las protestas, las autoridades locales han reprimido severamente cualquier forma de oposición, lo que ha resultado en violaciones de derechos humanos, según informes del Alto Comisionado para los Derechos Humanos presentados a la ONU.
La situación preocupa también a las organizaciones cristianas, que observan una tendencia a hacer la vida más difícil a los cristianos no ortodoxos en Bielorrusia. Entre 2002 y 2012, el país estuvo entre los 50 primeros de la Lista de Vigilancia Mundial y ahora ocupa el puesto 75 en la Lista de Vigilancia de 2024, lo que indica una escalada de presión sobre las minorías religiosas.