Un pastor pakistaní sobrevivió a un intento de asesinato tras ser herido de bala el domingo, según informa Voice of America.

El predicador, el pastor Eleazar Sidhu -identificado en algunos artículos por su apodo, Pastor Vicky-, regresaba a casa el 3 de septiembre con su hijo en una motocicleta tras un servicio de oración en la iglesia cuando fue atacado.

Sidhu resultó herido en el hombro durante el tiroteo y fue hospitalizado.

La violencia, potencialmente mortal, se produjo después de otro problema al que se enfrentó su iglesia en los últimos días. Sidhu, de 35 años, dijo a las autoridades que su templo estaba lleno de lemas islámicos como «Mahoma es el último profeta», entre otros.

Tras denunciar el incidente a la policía, los mensajes fueron retirados, pero sus problemas se intensificaron, informó la VOA.

«Desde entonces, he recibido amenazas de muerte y he sido falsamente acusado de blasfemia», afirma el predicador en un documento escrito en el que detalla lo sucedido. «Pido a las autoridades que garanticen mi seguridad y la de mi comunidad cristiana para que podamos vivir en este país sin miedo».

Y Sidhu no acabó ahí, implorando a la policía que haga justicia.

«Exijo que el criminal implicado en este ataque y sus partidarios sean llevados ante la justicia», añadió.

Al parecer, Sidhu dijo a las autoridades que había sido atacado por una «persona barbuda» después de que el individuo le exigiera recitar una profesión de fe islámica, informó la Unión de Noticias Católicas de Asia.

El tiroteo de Jaranwala se produce después de un horrible suceso ocurrido el 16 de agosto, durante el cual iglesias y casas de cristianos fueron atacadas por turbas musulmanas por acusaciones de blasfemia en la misma zona, informó la UCA News. Aquel incidente se saldó con al menos 129 arrestos.

Estos incidentes evidencian la persecución cristiana que sigue sufriendo Pakistán, nación que ocupa el séptimo lugar en la Lista de Vigilancia Mundial de Puertas Abiertas, una clasificación de los países donde es más difícil ser creyente. El cristianismo representa sólo el 1,8% de la población del país, con 4,2 millones de personas de un total de 229 millones.

«En Pakistán, a los cristianos se les considera ciudadanos de segunda clase y se les discrimina en todos los aspectos de la vida pública y privada», dice el informe. «Aunque el año pasado no hubo grandes atentados contra iglesias, los ataques contra individuos son casi constantes. Los creyentes que se han convertido del islam son los más vulnerables a la persecución».

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