El secuestro de cristianos en Nigeria, especialmente de mujeres, es una práctica alarmante utilizada por grupos extremistas como Boko Haram para perseguir a las personas por su fe.
En 2024, 3.906 cristianos fueron secuestrados en todo el mundo, y el 84,5% de los casos se registraron en Nigeria, según la Lista Mundial de Vigilancia de Puertas Abiertas.
Las mujeres a menudo son sometidas a abusos físicos, psicológicos y sexuales, así como a matrimonios forzados, mientras que los hombres a menudo se enfrentan a ejecuciones. Estos ataques tienen como objetivo presionar a las víctimas para que renuncien a su fe cristiana y adopten prácticas islámicas.
El relato de Esther, una superviviente, pone de relieve la gravedad de la situación. Después de ser capturada, soportó años de abuso y discriminación hasta que encontró apoyo en el Centro Shalom, una iniciativa de Puertas Abiertas. El centro brinda asistencia espiritual y emocional a las víctimas, ayudándolas a recuperar sus vidas.
Esther hace hincapié en la necesidad de prestar más apoyo a las mujeres en situaciones similares, reforzando el papel vital de las iniciativas que promueven la curación postraumática y la reintegración social.