Un informe reciente de Christian Solidarity Worldwide (CSW) destaca un aumento alarmante de las violaciones a la libertad de religión o de creencias en Cuba durante el año 2023. El documento revela un retorno a las “tácticas de línea dura” por parte del régimen, afectando a varios grupos religiosos , entre ellos afrocubanos, testigos de Jehová, protestantes y católicos, tanto registrados como no registrados, e incluso algunas asociaciones vinculadas al Consejo de Iglesias de Cuba (CCC).
Según la CSW, estas violaciones incluyen el acoso sistemático a los presos políticos, a quienes se les priva del derecho básico a poseer una Biblia o cualquier otra literatura religiosa, además de impedirles recibir visitas de líderes espirituales. El informe menciona casos de líderes religiosos arrestados durante y después de las protestas del 11 de julio de 2021, como el pastor protestante Lorenzo Rosales Fajardo, cuya detención fue considerada recientemente arbitraria por el Grupo de Trabajo de la ONU sobre Detención Arbitraria.
Maridilegnis Carballo, esposa de uno de los presos políticos, denunció en su cuenta de Facebook que sus hijos también fueron blanco de acoso en la escuela. Otros líderes religiosos afrocubanos, como Loreto Hernández García y Donaida Pérez Paseiro, también enfrentan persecución.
“La CSW observa violaciones constantes de la libertad religiosa y otros derechos humanos dentro de las prisiones cubanas”, afirma el informe. «Los líderes religiosos y sus congregaciones que intentaron proporcionar asistencia humanitaria fueron objeto de acoso, multas y, en muchos casos, su ayuda fue confiscada por el gobierno».
Además, “a quienes el gobierno cubano considera disidentes se les ha impedido repetidamente participar en servicios religiosos, a menudo mediante detenciones arbitrarias de corta duración”, añade la organización.
En medio de este escenario, un pastor que prefiere no ser identificado afirmó: “Todo lo que hago es mi trabajo pastoral, un mandamiento del Señor. Continuaré haciendo este trabajo, incluso si eso significa ser arrestado”.
Protestas y crisis humanitaria
El informe de la CSW llega en un momento en que miles de cubanos regresaron a las calles de varias ciudades, el 17 de marzo, para protestar contra la escasez de alimentos y electricidad, hechos que evocan las manifestaciones que tuvieron lugar el 11 de julio de 2021. La situación es tan crítica que el gobierno cubano, incapaz de proporcionar leche a niños menores de siete años, solicitó ayuda del Programa Mundial de Alimentos de la ONU por primera vez en sus 65 años de régimen comunista.
“Aunque muchos cubanos han elegido el exilio, todavía hay quienes, a pesar de las amenazas, el acoso y el riesgo de ser arrestados, continúan denunciando las injusticias y defendiendo a quienes sufren en sus comunidades”, concluye el informe.