La reciente crisis política y el clima de inseguridad social en Bangladesh, desencadenado por la dimisión del primer ministro, han aumentado significativamente los ataques extremistas contra las minorías religiosas. Entre las víctimas más afectadas se encuentran los cristianos de origen musulmán, que se enfrentan a un ambiente de constante hostilidad y miedo, sin saber cuándo se producirá el próximo ataque. Las actividades y reuniones de la iglesia han sido interrumpidas en varias zonas del país, especialmente en las regiones rurales, donde pastores y evangelistas tienen miedo de continuar su trabajo.
Mizanur, un ex evangelista cristiano musulmán, es un ejemplo de esta persecución. El 5 de septiembre, mientras asistía a un servicio religioso en una casa en el norte de Bangladesh, él y otro evangelista fueron brutalmente atacados por una turba de extremistas musulmanes. La violencia no terminó con la paliza; Los dos evangelistas fueron entregados a la policía local, detenidos y humillados sin asistencia médica alguna, aumentando aún más el clima de miedo entre los cristianos de la región, según informa Puertas Abiertas.
Este ataque tuvo lugar en el contexto de un sencillo servicio de adoración, donde los cristianos se reunieron para orar y animarse unos a otros. Sin embargo, la invasión y los posteriores interrogatorios por parte de extremistas demuestran la vulnerabilidad de los cristianos conversos del Islam. Al descubrir que Mizanur había sido musulmán, la furia de la turba aumentó, lo que resultó en ataques aún más intensos, que culminaron con su arresto arbitrario y el de su compañero evangelista.
La situación de Mizanur generó temor en su familia y en la comunidad cristiana local. El reciente recuerdo de un joven hindú, que fue asesinado a golpes por acusaciones falsas de blasfemia mientras estaba en prisión, exacerba el pánico entre los cristianos, que temen por la seguridad de sus hermanos creyentes.