Latif* creció mendigando en las calles de Pakistán. De la tribu Sansi –una comunidad hindú originaria del norte de la India– el niño no puede ir a la escuela para tener una vida mejor, porque nació en una casta considerada inferior.
Entonces, siguió el mismo camino que sus padres y continuó mendigando con su esposa.
Hasta que un día Latif conoció a un hombre que estaba leyendo la Biblia. Nabeel leyó sobre el pasaje del leproso que fue sanado por Jesús y predicó al indio que Cristo vino al mundo para amar a todos.
Interesado en saber más sobre el Evangelio, Latif comenzó a estudiar la Biblia con Nabeel todos los días.
El mendigo se dio cuenta de que la Biblia no decía nada sobre el sistema de castas y que la gente no recibía la vida eterna según su casta.
Perseguido por su tribu
Tocado por el amor de Dios, Latif aceptó a Jesús y fue bautizado. Sin embargo, su nueva fe no fue bien recibida por su comunidad.
Al enterarse de que había abandonado el hinduismo, los aldeanos se reunieron y lo golpearon. El líder de la tribu permitió que el cristiano permaneciera en la comunidad, pero prohibió que la gente tuviera contacto con él y su esposa, quienes también se convirtieron.
Un día, una fuerte lluvia azotó la comunidad y provocó inundaciones. Durante la tormenta, los tejados de las casas se derrumbaron y los niños resultaron heridos.
La tribu no recibió ayuda de nadie de las comunidades vecinas debido a su casta inferior.
Ayudado por cristianos
Entonces, una pareja cristiana (socios de Global Christian Relief) se enteró de la situación y se ofreció a ayudar a la comunidad. Se llevaron un equipo médico, que brindó atención de emergencia.
Latif aprovechó la oportunidad para compartir el Evangelio con su familia y otros residentes.
“¡Todo esto viene de mi Jesús! Todos ustedes estuvieron todo el día buscando que alguien viniera a ayudarnos, pero nadie vino porque somos mendigos. Pero a los ojos de mi Jesús, somos príncipes y princesas”, dijo.
La pareja cristiana también invitó a las familias de la tribu a su casa, donde escucharon acerca de Jesús y recibieron donaciones de alimentos.
Después de ser tocados por el amor de Dios mediante la ayuda de los cristianos, muchos aceptaron a Cristo y fueron bautizados.