En el estado sudanés del río Nilo, 34 cristianos se vieron obligados a abandonar sus hogares tras la presión de los residentes musulmanes de la zona de El Matamah, Al-Makniya. Según informes del Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán del Norte (SPLM-N), los cristianos, originarios de las montañas Nuba y refugiados del conflicto militar de Omdurman, se enfrentaron a la hostilidad religiosa y racial.
Los musulmanes locales dijeron que no querían «cristianos o negros» en la región, y en un principio acusaron a los cristianos de robo de ganado y violaciones de los códigos islámicos. Sin embargo, la policía confirmó que los verdaderos motivos eran religiosos. Después de intentos fallidos de obtener protección de las autoridades, los cristianos fueron expulsados por la fuerza el 19 de octubre.
El episodio refleja la escalada de la persecución religiosa en Sudán, donde el conflicto entre las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) y las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF) ya ha desplazado a millones de personas. Desde el golpe militar de 2021, los avances en la libertad religiosa han retrocedido y los ataques a sitios cristianos son cada vez más frecuentes.
Clasificado como el octavo país más peligroso para los cristianos por la Lista Mundial de Vigilancia de Puertas Abiertas, Sudán se encuentra en una coyuntura crítica, con la libertad religiosa cada vez más amenazada. La comunidad cristiana, estimada en unos 2 millones de personas, pide ayuda internacional para hacer frente a la adversidad.